sábado, 28 de noviembre de 2009

Sube y Baja, Baja y Sube

No es de extrañar que a nadie le guste viajar sin compañía en la montaña rusa. Como en el matrimonio, el recorrido que nos ofrece ese viaje hace necesaria la presencia de un compañero de viaje fuerte, alguien a quien asirnos, a quien abrazarnos desesperadamente al comienza del largo y peligrosos descenso, y con quien reírnos cuando la vida – digo, la vagoneta – vuelve a subir con seguridad. Cuando sube y baja, baja y sube, nunca se está seguro de lo que habrá al doblar el siguiente recodo.

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