domingo, 3 de enero de 2010

Lionel Messi, el FC Barcelona y Mi Hija

Después de más de cuatro años viviendo en España país futbolero por excelencia, ahora entiendo porque mi hija es seguidora fiel del futbolista Leo Messi que juega en el Fútbol Club Barcelona, que a su vez es quizás hoy el mejor equipo del mundo. Para ambos que tienen corazones latinoamericanos, y para otros tantos, escribo estas líneas sabiendo apenas poco de fútbol.
Dice mi hija; “Si en el fútbol existiera la excelencia, Messi, sería un serio candidato a conseguirlo”. Digo yo; “Bajo esa apariencia de chico tímido, frágil, humilde y reservado emerge con toda su fuerza el enorme talento que le acompaña”. Dicen los especialistas; “Es difícil encontrar hoy en día un jugador con tantas cualidades: velocidad, fuerza, técnica, habilidad y picardía”.
Pues bien, es como si este pequeño gran hombre estuviera amparado por ese halo que sólo tienen los elegidos. Todo en la vida de Messi transcurre a gran velocidad, desde su llegada a España con apenas 13 años a su capacidad de liderazgo con 21, desde sus eléctricos movimientos en el césped a su forma de correr con el balón cosido al pie.
En el fútbol actual, regido por un delicado sistema de equilibrios, la incursión de jugadores como Messi significa un soplo de aire fresco, un canto de libertad capaz de embriagar a los aficionados hasta acabar rendidos a su juego.
Messi es brillante en todas las facetas del juego; corre, lucha, dribla, asiste y golpea. Es una fuerza de la naturaleza, y todo desde la modestia, desde el amor a unos colores a los que prometió fidelidad, lo que agradece más su figura para el aficionado culé, como los llaman a los seguidores del FC Barcelona.
Sin la perspectiva del balón, Messi nunca llamaría la atención; con la pelota en los pies, resulta impensable quitarle la vista de encima. Porque Leo es feliz con lo que hace, da la impresión de que en ningún otro lugar ha sido más feliz que sobre el césped y con la pelota.
Por eso Lionel Messi es favorito de mi hija y de otros tantos, y ahora mío también.

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