viernes, 4 de diciembre de 2009

Hogar, Dulce Hogar

El hogar puede ser muchas cosas; una casa, una ciudad, un barrio, un estado, un país, una habitación. El hogar puede estar en cualquier sitio en que uno se sienta en casa, e incluso un pequeño lugar puede despertar ese sentimiento hogareño.
El hogar puede también dividirse, lo que quizá es esencial para una especie cuyo dilema fundamental esta en tener a la vez necesidad de movilidad y de sentimientos de hogar. Para los pastores nómadas – por ejemplo −, un sendero sin fin se convierte en hogar.
No es del todo cierto que uno no pueda volver de nuevo al hogar porque, en realidad, nunca se deja la parte de él que uno lleva en la imaginación.
Bendito sea mi hogar, donde esté.

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