domingo, 27 de septiembre de 2009

Con Nuestros Hijos

¿Qué hacemos?
Suponiendo un interés sincero por aquellos que quiero, me equivocaré siempre que pretenda imponer mi forma de vivir, mis gustos o mis deseos.
Lo fácil es darles lo que hemos conseguido con nuestro esfuerzo, con nuestro trabajo; lo difícil es soportar su propia libertad y su independencia para lo que hemos de saber renunciar a todo aspecto de propiedad, de exigencia, incluso de agradecimiento.
No se educa en la libertad permitiendo todas las demandas. La libertad no es tanto de movimientos como de conciencia.
Se puede y se debe prohibir y controlar todo lo que pueda desestabilizar la armonía de una familia, pero hay un lugar sagrado que es la conciencia, la intimidad, los valores y la vocación personal, que son intocables.

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