domingo, 7 de febrero de 2010

La Hispanidad

A los hispanos nos conocerán por la lengua antes que por cualquier otra esencialidad o circunstancia. Desde el alfarero de Valencia, el del olivar en Extremadura, el del telar en Cataluña, el pálido marinero filipino, el tostado llanero del Orinoco, el rubio trajinante de Buenos Aires, el bronceado pescador antillano, el andino pastor de llamas, el hombre del café en Colombia, el del las palmeras en Cuba, el de la vid en Chile y hasta el minero de Bolivia, y otros tantos, hablando se reconocerán próximos hermanos, partícipes de una ideal comunidad bajo la cúpula radiante de la hispanidad. La lengua es entonces, lo unitivo para nosotros. Y la lengua, es, entonces también, una política. Y defenderla y afirmarla es defender la nacionalidad hispanoamericana.

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