lunes, 17 de octubre de 2011

En El Linde Del Abismo A Los 46

Dios mío, aquí estoy en mi pobreza a tus pies; estoy quieto, todo calla, todo lejos. Quizás en este momento yo sea el único de verdad que esta a tus pies. ¿Qué he hecho para merecer esta gracia? ¡Gracias, gracias! ¡Cuán dichoso soy! Yo te adoro profundamente, Dios mío; te adoro con toda mi alma y te amo con todas las fuerzas de mi corazón. Me entrego a ti, sólo a ti; todo mi ser es para ti, es tuyo solamente, a pesar mío, y lo es voluntariamente, con todo mi corazón: haz de mí lo que quieras, ayúdame a hacer esta vida como tú quieras. Dios mío, ayúdame a hacer esta vida en la pobreza lo más perfectamente posible en ti, por ti y para ti. Amén.

No hay comentarios:

Seguidores