martes, 28 de septiembre de 2010

Cierto

Al ir envejeciendo, la belleza se convierte en cualidad interior.

(A Vicente, mi mejor amigo en el cielo)

martes, 21 de septiembre de 2010

Dependencia

La seguridad económica no depende tanto de los bienes materiales, como de nuestra capacidad para conducirnos sin ellos.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Conversión

En una conversación reciente, se me pregunto “si sigo siendo católico”. Pero si tenemos nuestra mirada orientada a lo que es la Vida, a lo que es el origen de la Vida entre los hombres, se irá haciendo camino una forma de comunicación con los demás que no esté a la espera de una respuesta, sino que iremos dando lo mejor que tenemos porque creemos y vivimos confiados en la respuesta última de Dios.
La salvación que Cristo predica no se realiza desde fuera, cambiando a los demás, cambiando al mundo. Todo arreglo ha de empezar por uno mismo, por un cambio de mentalidad en la línea, precisamente, que Cristo vivió.
Conversión – motivo de la pregunta que me hacen – significa querer vivir, querer volver a empezar, suprimir lo oscuro, no conformarse con la vida que se arrastra. La conversión para preparar la conciencia a la Vida, al Señor, requiere comprender que el esfuerzo, la renuncia y el ofrecimiento de mi vida son algo bueno, positivo. Saber decir que no, y nunca por represión o temor, sino por convencimiento.
Y les digo más. Lo más difícil para cada uno de nosotros es aceptar que la grandeza de nuestra vida depende de nuestra actitud interior. Por eso convertirse a Jesús es aceptar que el fin de todo depende de Dios y que Dios está junto a quienes han hecho de su vida un testimonio oculto de bondad, servicio y esperanza.
Finalmente, todo hombre debe aprender que lo único importante para su vida aquí y luego, será su preocupación por vivir en la Verdad, ser consecuente allá donde la historia le ha colocado, en la religión o en la sociedad en que ha nacido. Convertirse no es hacerse socio de una Iglesia, ni del Papa, ni del Obispo o del párroco de su barrio, es antes que nada aceptar vivir de acuerdo con la verdad de su propia conciencia.

Requisitos

Casi todo el mundo acaricia la idea de ir al cielo. Sin embargo, muchos esperan vivir lo suficiente para ver una suavización de los requisitos de entrada.

jueves, 9 de septiembre de 2010

El Espíritu Me Puso En Pie

No debemos quedar abatidos por la debilidad que ocasiona nuestra convivencia con los que se declaran del partido de Satanás, sino levantar nuestro ánimo y demostrar que nuestra fuerza radica en la acción del Espíritu que nos penetra y renueva nuestra vitalidad. Es la recomendación que el apóstol Pablo nos hace al presentarse alegre y contento en medio de insultos, persecuciones y dificultades sufridas por permanecer fiel a Cristo. El profeta Ezequiel supo también de la obstinación de los contrarios a escuchar la palabra de Dios, pero el Señor le hizo fuerte frente a ese pueblo rebelde, para que él hable en Su nombre, del valor de la voluntad divina frente a alternativas que se atrevían a anunciar bienestar o desastres no diseñados por el Señor. Cuando esta fuerza de Dios se hace presente en la vida de Jesús entre sus compatriotas, sus paisanos quedan asombrados ante el conocimiento que Jesús muestra de las cosas, así como del poder que ejerce sobre las mismas. El lenguaje de Dios es aquel que transmite la verdad de Su persona. Jesús nunca hizo alarde de su condición divina, ya que Él había aceptado la encarnación para manifestar su humanidad y en ella vivir los sufrimientos del ser humano, como consecuencia de su condición pecadora. Devolver al ser humano una humanidad nueva, es algo que trasciende todo conocimiento y esperanza humana; por ello se asombraban sus paisanos cuando Jesús les hablaba del Reino de su Padre Dios. Sacar a la humanidad del fracaso, cuando se le considera como una parte sin más de la naturaleza caduca y perecedera, es poner en pie lo que esta abatido. Esa acción no la puede realizar nadie más que la fuerza y energía que dimana del Espíritu, capaz de poner al hombre en pie. La única resistencia que Jesús hasta hoy no consigue superar, es la falta de fe de los hombres, que a su vez es don gratuito de Dios.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

La Agonía

La única agonía del hombre como especie, consiste en el perpetuo conflicto que se produce entre su deseo de destacar y la necesidad de formar parte de un todo.

lunes, 6 de septiembre de 2010

El Tiempo

El tiempo transcurre lentamente para los que se aburren, elude a los dinámicos, vuela para los jóvenes y, para los ancianos, se agota.
Anhelamos disponer de tiempo; lo maldecimos; solemos matarlo; abusamos de él. Pero ¿es el tiempo un amigo? ¿O acaso un enemigo?
Es poco lo que sabemos del tiempo. Para conocerlo, para apreciar su potencialidad, deberíamos quizá observarlo a través de un filtro, el filtro de los recuerdos.

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