lunes, 21 de junio de 2010

La Era Cristiana

Nuestro año 2010 es, según el calendario romano, el 2763 ab urbe condita (desde la fundación de Roma); el 1431 de la Hégira o era musulmana; el 5770 de los judíos, y el 4707 de los chinos.
Para los budistas es el 2553, aunque la tradición tibetana lo calcula en 2134.
Sin embargo, el calendario cristiano es el que ha prevalecido: desde el año 525, por iniciativa del monje Dionisio el Exiguo, la historia del mundo se divide en antes y después del nacimiento de Jesucristo, ocurrido el año 1, aunque en realidad fue el año 3 o 4 antes de la era que lleva su nombre, pues no hubo año 0. Esta ‘victoria’ del cristianismo se debe sobre todo a la eficacia del calendario gregoriano, instituido en 1582 por el papa Gregorio XIII.

Longevidad

Estadísticas no oficiales señalan la existencia de por lo menos tres zonas en el mundo donde la longevidad de sus habitantes es realmente notable: Vilcabamba, en Ecuador; la región del Cáucaso, entre Europa del Este y Asia occidental; Hunza, al norte de Pakistán. Los tres lugares están situados en áreas montañosas cuyos habitantes para sobrevivir, se dedican primordialmente a la agricultura, una labor que exige duro trabajo muscular y largas caminatas diarias. Sus pobladores se alimentan con una dieta de bajo contenido en grasas y proteínas, y consumen solo comestibles naturales, sin ningún tipo de aditivos. La gente vive en un clima psicológico en el que prácticamente no se conoce el significado de la jubilación, hay gran respeto hacia los ancianos, los vínculos familiares son estrechos y duraderos y mínimas las tenciones emocionales. Estudios recientes han demostrado que algunos habitantes de estas zonas ‘centenarias’ tienen un notable vigor y salud entre los más ancianos. El principio fundamental de todo programa encaminado a prolongar al máximo nuestra vida será, pues, disfrutar cada momento independientemente de que vayamos a vivir uno o cien años. Así lo expreso el filósofo Jean Jacques Rousseau: «Enséñale a vivir, no a evitar la muerte: la esencia de la vida no es la respiración, sino la acción y el empleo de nuestros sentidos, de nuestra mente, de nuestras facultades, de todas las partes de nuestro ser que nos hagan sentir que existimos». En otras palabras: disfrutar la vida es la mejor manera de prolongar la existencia.

viernes, 18 de junio de 2010

Cosas

¡Pensar cuánto hemos adelantado en el siglo XXI: El hombre que antes era un engranaje de la máquina, es ahora un dígito de la computadora!

jueves, 17 de junio de 2010

En Pareja

Hacerse propósitos al comienzo de un día, ayuda a valorar lo que realmente importa. Por eso sorprende que rara vez incluyamos en la lista aspiraciones para nuestra relación de pareja, a menos que ésta ya se encuentre en crisis. “La gente se concentra tanto en el trabajo, la educación de los hijos y sus necesidades personales – dice Gloria Richfield, coautora de ‘Juntos para siempre’ −, que se olvida de cuidar su matrimonio”. Este día, además de proponerte trabajar, leer un libro o adelgazar, dedica tiempo a intentar cumplir tus objetivos de pareja. Hacerlo puede ser gratificante y la mejoría en la relación se mantendrá por mucho tiempo.

lunes, 14 de junio de 2010

Dinero

El dinero es algo muy singular. Se equipara a la muerte como su máximo motivo de angustia y al amor fuente de goce del hombre. Semeja a las más terribles enfermedades por ser igualmente importante para quienes lo tienen como para los que no. A través de la historia, el dinero ha sido opresor de la gente en dos formas diferentes: ya por ser muy abundante y muy poco confiable, o por ser seguro pero muy escaso. Y para muchas personas en la época actual, tiene un tercer defecto: el de ser inseguro y a la vez insuficiente.

jueves, 10 de junio de 2010

La Mesa Del Anciano

A las puertas de la muerte, un anciano generoso y bueno en su cama hizo una plegaria por el eterno descanso de su alma. Le inquietaban el cielo y el infierno. ¿Cómo eran de verdad? Bien sabia Dios que se había pasado la vida estudiando sobre ambos, más ahora, a los 86 años de edad, le asaltaban algunas dudas.
Distinguió vagamente una figura al pie de su lecho. Era Pedro, el pescador. Como le llamo por señas, le siguió, y en silencio le condujo por entre las galaxias del cielo nocturno. En un lugar lejano se detuvieron ante una gran casa. «El reino de Dios consta de muchas mansiones −, le explicó Pedro − al igual que el infierno. Entra, y te mostraré el primer aposento de la morada de Satanás». Al entrar el anciano, escucho terribles lamentos quejumbrosos. Alrededor de una enorme mesa se sentaban muchas personas, y en el centro había una gran fuente que contenía el plato favorito del anciano: arroz al horno. Aunque todos llevaban cucharas y podían alcanzar la fuente, se estaban muriendo de hambre. El mango de las cucharas, fijo a sus manos, era el doble de largo que sus brazos, de modo que les resultaba imposible llevarse la cuchara a la boca. Los gritos de hambre y desesperación eran tan espeluznantes que el anciano pidió salir de allí.
Pedro lo llevó luego a otra mansión muy distante, donde le invitó a pasar a la antesala del Paraíso. Allí, muchas personas rodeaban una mesa similar, con el mismo plato. El mango de las cucharas era también demasiado largo, pero nadie gritaba, ni se lamentaba, ni sufría de hambre… se daban de comer unos a otros.
Ahí Pedro lo dejó, por tener el anciano ya mucha práctica. Dios sabía que se lo merecía.

miércoles, 2 de junio de 2010

Apretón

El primer apretón de manos de la vida es el más extraordinario de todos; el del niño de pecho que agarra el dedo de su madre o de su padre.

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