sábado, 27 de marzo de 2010

Futbol Desde Fuera

Un extraterrestre novato, se aprestaba a mirar la Tierra y a sus habitantes, como parte de su adiestramiento espacio-estelar. Coincidió la mira de su visor, con un partido de futbol y confesó que no entendía nada de lo que veía y pasa en el futbol.
Según los registros del extraterrestre de cómo vestían los humanos, se extrañó de que salieran a un campo señores vestidos de niño entre los cuales había otro vestido también de niño que tenía un pito, vio como los señores vestidos de niño empezaron a correr como locos detrás de una pelota, dándole patadas y más patadas.
Le dijo a su instructor que aquello no tenía la menor lógica, porque, una de dos, o aquellos señores querían la pelota, en cuyo caso no tenían por qué darle patadas, o no querían la pelota, en cuyo caso no tenían por qué correr detrás de ella. Entonces su instructor le explicó que lo que querían aquellos señores vestidos de niño era meter la pelota en un sitio que se llamaba la portería, cosa que tampoco comprendió, pues como le dijo a su instructor con mucha razón, meter una pelota tan pequeña en una portería tan grande no es una cosa tan difícil y lo que hubiera sido verdaderamente extraordinario hubiera sido que metieran la portería dentro de la pelota. Según le dijo su instructor, la dificultad de meter la pelota dentro de la portería está en que la mitad de aquellos señores vestidos de niño quieren meter la pelota en un lado, mientras que la otra mitad de señores vestidos de niño quieren meter la pelota en el otro. Y cuando el extraterrestre ya creía haber comprendido todo, tocó el pito el del pito y, al empezar a jugar nuevamente, vio con estupefacción que los que querían meter la pelota en un lado querían meterla en el otro, y los que antes querían meterla en el otro, querían ahora meterla en el uno.
Total, que no hay quien les entienda, dijo. Concluyó, que aquellos no saben lo que quieren y desde luego no le extraño nada que vayan vestidos de niño.

domingo, 21 de marzo de 2010

Humor

Riendo se ensanchan los pulmones y el alma, el humor nos pone una sonrisa y la risa nos ayuda a vivir. A mí, me hace reír el ingenio. Cuando estoy en una conversación que tiene chispa, me rio y lo hago con ganas. Tengo una risa tímida y de pocos decibelios.
Al principio de mi madurez, gente de mi generación decía que no se podía reír delante de cualquiera, así que lo pasaba muy mal porque a veces tenía que morderme la lengua. Pero hace tiempo que decidí que puedo y debo dejarme ir, aunque siempre riéndome de mí también.

Integridad Espiritual

Te amo Jesús, no sólo por lo que eres, sino por lo que yo soy cuando estoy contigo.

viernes, 19 de marzo de 2010

La Mano Del Hombre

A pesar de que nosotros los seres humanos solo hemos estado presentes en el 0,004% de la historia del planeta, somos los máximos responsables de alterar significativamente todos los procesos superficiales terrestres: la construcción de canales, presas y otros sistemas de canalización del agua; el uso de más de un tercio de la superficie terrestre para la producción de alimentos; la emisión de contaminantes atmosféricos procedentes de la producción y el consumo energético…
Darwin no se habría sorprendido: él fue un pionero al afirmar que el hombre puede interferir en un equilibrio natural, resultado de millones de años de evolución. Este impacto, además, se incrementará a medida que lo haga la población mundial, que, en 2007, pasó la barrera de los seis billones.

martes, 2 de marzo de 2010

Estaba Escrito

Finalmente apareció una joven, de cabellos largos y muy negros. Entonces fue como si el tiempo se parase y el alma del mundo surgiese con toda su fuerza ante mí.
Cuando vi sus ojos negros, sus labios indecisos entre una sonrisa y el silencio, entendí la parte más importante y más sabia del lenguaje que todo el mundo hablaba y que todas las personas de la tierra eran capaces de entender en sus corazones. Y esto era el Amor, algo más antiguo que los hombres, y que sin embargo resurgía siempre con la misma fuerza dondequiera que dos pares de ojos se cruzaran como se cruzaron los nuestros. Sus labios finalmente decidieron ofrecerme una sonrisa, y aquello era una señal, la señal que yo esperé sin saberlo durante tanto tiempo en mi vida, que había buscado en tierras lejanas, fuera de mi suelo y allá donde yo me encontrase. Allí estaba el puro lenguaje del mundo, sin explicaciones, porque el Universo no necesita explicaciones para continuar su camino en el espacio sin fin. Todo lo que yo entendía en aquel momento era que estaba delante de la mujer de mi vida, y sin ninguna necesidad de palabras, ella debía de saberlo también. Estaba más seguro de esto que de cualquier cosa en el mundo, aunque mis padres, y los padres de mis padres, dijeran que era necesario salir, simpatizar, prometerse, conocer bien a la persona y tener dinero antes de casarse. Los que decían esto quizá jamás habían conocido el lenguaje universal, porque cuando nos sumergimos en él, es fácil entender que siempre existe en el mundo una persona que espera a otra, ya sea en medio de la nada o en medio de una gran ciudad u otra cosa. Y cuando estas personas se cruzan y sus ojos se encuentran, todo el pasado y todo el futuro pierde su importancia por completo, y solo existe aquel momento y aquella certeza increíble de que todas las cosas bajo el Sol fueron escritas por la misma Mano. La Mano de Dios que despierta el amor, y que hizo un alma gemela para cada persona que trabaja, descansa y busca tesoros en el cielo. Porque sin esto no habría ningún sentido para los sueños de la raza humana.
Y entonces me aproximé a la joven mientras ella me sonreía:
− ¿Cómo te llamas? – pregunté.
− Marleny – dijo la joven con inmensa timidez.
− No sabía que existía un nombre tan bonito como tú – dije.

El Precio

Cuesta tanto alcanzar la condición de ser humano cabal, que son muy pocos los que poseen la claridad de ideas o el valor suficientes para pagar ese precio. Uno tiene que abandonar totalmente la búsqueda de la seguridad y entregarse al riesgo de vivir. Hay que abrazar al mundo como a un amante. El dolor debe aceptarse como condición de la existencia. Hay que enamorar la duda y la obscuridad como precio del conocimiento. Se requiere una voluntad tenaz en la lucha, pero siempre dispuesta a la total aceptación de las consecuencias de vivir y morir.

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