sábado, 5 de febrero de 2011

Lo Que Soñamos No Es La Vedad De Lo Que Queremos

Lo que soñamos no es nunca la verdad de lo que queremos. Nos engaña lo que no responde a nuestra imaginación, que es lo que soñamos. Nunca nos engaña lo que responde a nuestra voluntad, que es lo que con verdad hemos querido.
Recuerdo a una mujer que por mi había engañado a otro hombre, y por ese hombre había faltado antes a su marido. Esa mujer, a la que yo soñaba fiel y leal a mi cariño, al descubrir yo un día que también era yo engañado y al acusarla por su traición con toda la grosería instintiva del hombre celoso… “¡Eres una mujer perdida!”, sin inmutarse, me contestó estas palabras, que iluminaron de pronto lo más hondo de mi conciencia: “Y si no fuera una mujer perdida, ¿me tendrías aquí a estas horas contigo?”
No era lo que yo había soñado, pero era lo que yo había querido: era la verdad.
La busque en la traición, y la hallé traidora; quise que fuera desleal por quererme, y fue desleal a mi cariño… Y así siempre en la vida: nos quieren como queremos; lo que nos mienten es lo que hemos mentido; lo que nos falta es lo que hemos robado; el dolor que nos hiere es el dolor con que hemos herido; la alegría que viene a llenarnos de bondad el alma es la bondad nuestra que antes llenó de alegría otras almas… Y si algo bueno puede darnos la vida, es cuando lo mejor de nuestra vida hemos dado: que renunciar es poseer.

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